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miércoles, 16 de noviembre de 2016

El efecto de los lentes de color en la lectura: una revisión sistemática de la literatura.

El siguiente es una resumen del artículo "The effect of coloured overlays and lenses on reading: a systematic review of the literature", escrito por: Philip G. Griffiths, Robert H. Taylor, Lisa M. Henderson and Brendan T. Barrett y publicado en Ophthalmic & Physiological Optics.

El objetivo es presentar los resultados de una revisión sistemática de la literatura y examinar la calidad de la evidencia usada para publicar reportes de investigación que avalan el uso de lentes de color para mejorar la habilidad lectora. El resultado muestra que la mayoría de los estudios tienen un sesgo en uno o más aspectos claves del diseño o del resultado. Se ofrecen sugerencias acerca de cómo conducir futuras pruebas.

Cada publicación fué evaluada de acuerdo al riesgo para la validez interna y externa, de acuerdo con el Cochrane Collaboration para evaluar el sesgo. La validez interna se refiere al riesgo de sesgo en el diseño del estudio y el reporte de los resultados. La validez externa se refiere al grado en que los resultados -aunque tengan validez interna- puedan ser generalizados a diferentes poblaciones.

El Wilkins Rate of Reading Test (WRRT) incluye pasajes con palabras de alta frecuencia ordenadas aleatoriamente, impresas en una fuente pequeña. El texto está diseñado para ser abarrotado y visualmente aversivo. El resultado es el número de palabras por minuto leído correctamente. Debido a la gran variabilidad en la velocidad lectora de los niños, no está claro cuál es la velocidad normal para un grupo de edad particular y no es posible determinar el rango de mejora usando el sobrepuesto de color.

El análisis de las publicaciones indica que en algunos casos no se reportan datos cuantitativos detallados como medias, desviaciones estándar, intervalos de confianza y tamaño del efecto.

Muchos estudios fueron revisados confiando en el p-valor para apoyar sus resultados; por ejemplo asegurando que el resultado fué estadísticamente significativo si el p fué <0.05. Sin embargo, es importante recordar que el p-valor es el paso final en el diseño y ejecución de un estudio. En la práctica, las decisiones anteriores, en el diseño experimental o en el análisis de los datos son más importantes para el resultado y la idea de una herramienta de "riesgo de sesgo" dará mayor peso al comportamiento y prácticas estadísticas.

Es importante subrayar que la falta de evidencia que hemos identificado no prueba por sí misma que el color no tiene efecto en la lectura; la falta de evidencia no es evidencia de falta de efectividad.

Por encima, esta afirmación podría ser interpretada como un tácito apoyo para continuar con la práctica de seguir usando filtros coloreados mientras se consigue la evidencia necesaria. Sin embargo, el principal hallazgo es que la calidad de la evidencia disponible es suficientemente baja para que, a pesar de las muchas anécdotas y testimonios de los pacientes, se tengan serias reservas acerca de esta práctica.

La mayoría de los estudios no estaban bien diseñados, había poca evidencia de un protocolo pre-estudio, los estudios fueron con frecuencia de baja potencia y todos tenían áreas de sesgo. Muchas publicaciones tuvieron errores entre las tablas y el texto, y se observó con frecuencia un análisis estadístico sospechoso incluyendo la ausencia de un enfoque estadístico específico previo, tamaño del efecto no reportado y estadística descriptiva faltante.

Algunos investigadores dijeron que pudiera no ser ético incluir un grupo de control placebo. Esto indica que consideran de antemano que el tratamiento con lentes de color es efectivo. La presente revisión muestra que en los estudios que fueron bien enmascarados hubo tanto mejoría en el grupo control de placebo como en el grupo experimental. Por lo tanto no se considera no ético incluir un grupo de control placebo. De hecho, la ética de organizar puebas posteriores con un alto riesgo de sesgo debido a la falta de un grupo de control placebo debería ser analizada.

Una perspectiva es que, incluso si el beneficio de color en la lectura se debe solo al efecto placebo, el aspecto más importante es que la lectura mejora, y la fuente de ese mejoramiento es de importancia menor.

Mientras entendemos esta lógica, no estamos de acuerdo en que las terapias con lentes de colores puedan tener un costo sustancial para el paciente o sus padres, y puedan retrasar la identificación de las verdaderas razones de la reducción de la habilidad lectora y detener el enfoque adecuado de remediación y manejo.

Los participantes reclutados en clínicas especializadas pueden no ser representativos de la población general.

Referencia

Foto de BryanHanson